miércoles, 5 de septiembre de 2012

SERVIDORES DE LUZ



Decir que somos Servidores de la Luz quiere decir que reflejamos y servimos a esa parte más luminosa de nosotros mismos, llamada Divinidad. No importa si no lo logramos al cien por cien,o al cincuenta, nuestra intenció
n de Luz hará el resto.

Y si he puesto por delante de servir la palabra reflejar…es porque, solo hablando de la Luz , si no reflejamos las cualidades luminosas que como dones vamos re-descubriendo, no hacemos mas que autoengañarnos con un título más, como suele hacerlo siempre nuestro parte humana.

De hecho no erran quienes afirman que la única manera de conocer a Dios (nuestra divinidad) es poner en acción esas cualidades luminosas que como co-creadores tenemos por herencia.Y ponerlas en acción significa sentir, pensar, hablar y actuar desde el aspecto más iluminado de nosotros mismos al que somos capaces de acceder AQUÍ Y AHORA.Tampoco sirve compararnos con otras luminarias creyéndonos una pequeña chispa el juicio ya acabó la culpa está fuera del camino...estamos solo reflexionando y ubicándonos.

A veces, para servir a la Luz, pasamos por el dolor. Otras veces, tenemos que deponer algo de orgullo, de ganancia material o de comodidad pues aquel que crea que Servidor es quien se pasa arrobado en éxtasis o leyendo sobre espiritualidad , aún no ha despertado a la entrega del servicio. Muchos amorosos seres han puesto todo en riesgo para servir en éstos momentos de emergencia.

El servidor está siempre atento y despierto ante las situaciones que exigen su intervención…y no desperdicia ninguna, al menos las que puede.

No todos eligen ser servidores, y está correcto. No es una servidumbre es una elección. Solo que cada uno que se auto proclama servidor, tiene que re-visar su propia vida para deducir si está sirviendo o no. Esto es aceptar sinceramente si podemos llamarnos Servidores de la Luz, o si solo lo aspiramos, o si no nos interesa. No hay juicio.

El servidor sirve gratuitamente no hay excusas, lo demás es parte del juego de la supervivencia...y corresponde a nuestra parte humana, que no es permanente. Aquí tapoco hay juicio, solo discernimiento, si cobras por algún don, es tu medio de Vida, perfecamente aceptable como eso, no como servicio espiritual. Puede ser de ayuda, puede ser amoroso, pero al cobrarlo,le pones el sello del karma EL SERVICIO NO GENERA KARMA el trabajo remunerado sí.

Muchísimos servidores están renunciando a sus carreras, a herencias…y hasta a su salud, solo por avanzar en el sendero. Otros, prefieren seguir sin efectuar esos cambios o entregas. Para hacer frente a esas circunstancias con alegría, los servidores recuerdan que somos almas eternas , no esa porción nuestra a la que solemos llamar ego, que lucha por su supervivencia…esta claridad nos sostiene y alivia todo lo que llega.

Si elegimos servir…lo hacemos conscientes de que LO QUE DECIMOS IMPORTA.LO QUE HACEMOS IMPORTA.LO QUE PENSAMOS Y SENTIMOS IMPORTA…porque es servicio creador…quien no haya clarificado esto, no está sirviendo de manera consciente…toma su tiempo. No desistan.

Si nuestras elecciones no van más allá de la mera supervivencia, la comodidad, o la facilidad, se nos permite hacerlo. Sin embargo, no estamos sirviendo al plan evolutivo como Servidores de la Luz. Para servir elegimos manifestar cualidades divinas en lugar de exigir lo que nuestra personalidad desea.

Si podemos andar por “el valle de la sombra y de la muerte” (duras noches oscuras del Alma) es porque sentimos la conexión interna con la parte divina a la que servimos….y estamos listos para tomar las decisiones difíciles, posponiendo lo más mundano para escuchar al “Maestro del Corazón ... dispuestos a seguir siendo coherentes con las cualidades divinas, no importa lo que debamos perder. Son momentos de auto selección…nadie externo nos dice si estamos calificando como servidores, o nos exige nada, nosotros nos autoconvocamos y elegimos, o no.

Para quienes internamente sientan el llamado de la Luz, sepan que tenemos que estar dispuestos a dejar de lado lo que todos consideran “normal”, vaciándonos de todas esas cristalizaciones, para comenzar a sentirnos instrumentos de lo Divino, como flautas en manos del Espíritu, a través de las cuales, la Luz y el Sonido del Hogar se filtran con las energías del Servicio como melodía.

Uno no lo hace para obtener ganancias. Uno lo hace por AMOR.

Ese es el manto del Servidor de la Luz con el que se cubre cada día de servicio.

Si te lo pones cada día seguro eres un servidor de la Luz aunque no lo sepas.



Tahíta

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